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Al analizar su caso, notamos un detalle peculiar: los apellidos en su familia variaban sutilmente. Mientras ella llevaba el apellido Ccuma, su tía se apellidaba Cuma. Esta irregularidad nos llevó a indagar más a fondo.

Durante la canalización, Analy le preguntó si en su familia habían existido uniones entre primos. Nicole confirmó que sí: sus abuelos eran primos hermanos. Además, con profundo dolor, nos reveló que también hubo casos de violación dentro del linaje.

Comprendimos que no solo se trataba de un tema físico, sino de un árbol genealógico cargado de memorias dolorosas, desordenes energéticos y maldiciones familiares. Sabemos, por experiencia, que una maldición entre familiares directos tiene la misma fuerza que la magia negra. La limpieza no fue fácil. Requirió un trabajo intenso con los ancestros y el linaje familiar, pues el patrón debía ser sano desde su raíz.

En ese momento, una de las hermanas de Nicole estaba embarazada de cinco meses y ya había tenido dos urgencias médicas. Era urgente restaurar el equilibrio en la familia. Con la guía de nuestros Maestros y Seres Celestiales de alta jerarquía, logramos liberar las energías que habían contaminado el árbol familiar por generaciones.

“¿Es una señal? ¿Eso significa que todo saldrá bien?”

Sabíamos en nuestro corazón que sí. Y así fue. Zoe nació sana y fuerte, trayendo consigo una nueva luz para su linaje.

Esta historia nos recuerda que todo fluye en amor y que siempre hay una solución cuando una familia está dispuesta a sanar.